No soy una persona muy deportiva, sí lo era, jugaba al basket de chiquito y corría mucho pero un día el deporte se fue alejando de mi y cada tanto lo intenté alcanzar, no con mucha suerte.
El domingo pasado di uno de esos pasos por alcanzar al deporte, me puse mis viejos botines, los cortos y una camiseta de Boca del 2000, aquella época gloriosa en la que yo corría y Boca ganaba., e intenté con todo mi esfuerzo correr. Mi cuerpo comenzó a sentir reacciones al inusual estímulo, la transpiración tímida pero desesperada brotó al instante, la respiración tardó en acomodarse, el corazón se vió sorprendido y desconcertado ante la aceleración abrupta del ritmo cardíaco pero la peor parte la llevaron las piernas, perdidas, atropelladas, abandonadas.
Las piernas se movían, como podían, dando su mejor esfuerzo, intentando responder a los estímulos nerviosos correctamente pero su esfuerzo duró poco, con la pelota escapando de mis pies ordené un movimiento a mis piernas del 2000, no a las actuales, no a las perdidas sino a las viejas y aguerridas piernas del 2000. Como era de esperarse, las piernas no respondieron o mejor dicho, sí lo hicieron pero descoordinadas o como dije antes, atropelladas.
La caída fue concisa, dura, y absoluta sobre mi mano derecha que no aguanto el peso y cedió, fractura de 5to metacarpiano, yeso por 40 días.
Soy de esas personas totalmente dependientes de su mano derecha, la uso para todo pero principalmente para dos actividades que había comenzado, trompeta y escalada, de las que me tendré que olvidar por los próximos 40 días en los que desarrolle una entrañable relación con mi blanco yeso pesado.
Otra de la consecuencia de la fractura es la dificultad para escribir, usando sólo la mano izquierda tardo aproximadamente medio día para escribir un párrafo, sin ir más lejos este post lo empecé cuando me pusieron el yeso hace 5 días. Por lo tanto este blog se encontrará en período de recuperación osea.
Hasta entonces buena suerte.
Salú!
1 comentario:
que te mejores capo! quizás era el momento para dejar reposar esa mano, que se vendrá con todo luego... abrazo!
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